Nuevo Modus Operandi, condenar un pueblo por migrar y tener tatuajes
Valencia, 28 de marzo de 2025.
El pasado 25 de marzo de 2025, se
hizo un llamado a toda la población venezolana para que marchara en apoyo a la
defensa de la dignidad del pueblo venezolano, el cual, desde días anteriores,
gracias a las atrocidades y políticas del gobierno estadounidense, está siendo
atacado e identificado por el simple hecho de un capricho nefasto y atroz: que
cada migrante venezolano sea condenado por su distinción de origen venezolano,
culpándolos de pertenecer al "Tren de Aragua".
Las redes se han inundado con mensajes
de madres, padres, hermanos, hermanas y muchos familiares, pidiendo que liberen
a sus familiares, dando a conocer la realidad de sus seres queridos, personas
que migraron para un mejor porvenir para su familia, acto que fue conllevado a
las políticas de represalias del gobierno estadounidense con las medidas
coercitivas, mejor conocidas como "sanciones". Los jóvenes que se
encuentran en el extranjero viven con temor de ser aprehendidos y deportados a
la megacárcel en El Salvador, violando así sus derechos humanos.
Ser venezolano, tener tatuajes y
ser migrante en EE.UU. se ha vuelto delito. Asociar a todos los venezolanos con
el grupo delictivo del Tren de Aragua es un hecho abrumador. Por eso, este
pasado 25 de marzo, el Gobierno de Venezuela hizo el llamado a marchar y apoyar
a cada uno de esos migrantes que han sido aprehendidos y deportados a El
Salvador, un apoyo a esos venezolanos que no tienen la culpa de hacer arte en
su cuerpo, como lo es un simple tatuaje, crimen que, más que un hecho, es un
acto comercial entre El Salvador y EE.UU. Cobrar millones por meter preso a un
venezolano para estos países parece ya un deporte, abusando de los derechos
humanos y leyes internacionales de cada uno y preocupando a esos familiares que
sufren por sus hijos que se encuentran en el extranjero.
Madres y familiares de muchos de
estos chicos que se encuentran aprehendidos en El Salvador, marcharon con
gallardía, con panfletos, carteles y camisas sublimadas con fotos de sus
familiares y allegados, pidiendo justicia y la libertad para los mismos. Madres
fueron entrevistadas por medios de comunicación, a lo que expresaban que sus
hijos se habían ido para un mejor bienestar, para dar un mejor porvenir a sus
familias, para marcar nuevos horizontes y que estaban llenas de cólera porque
sus hijos habían sido presos y tachados de delincuentes. La preocupación porque
no sabían nada de ellos y alzaron la voz diciendo que migrar no es un delito,
condenar a un pueblo sí. El pueblo de Venezuela hoy lucha y pide más que justicia
por aquellos que ya no están y son aprehendidos contra sus medidas humanas,
siendo castigados y tratados como esclavos. Esta marcha solo fue más que el
comienzo de demostrar que los migrantes no están solos y que hay un pueblo y un
gobierno que los apoya.
Nota de prensa: María Jiménez / Infocentro Arturo Michelena
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